
Entre una cosa y otra, ahí quedó la máquina hasta que este año he puesto en marcha mi plan "anti-procrastinación" (algo así como no dejar para mañana lo que se pueda hacer hoy), que incluye principalmente, meterme en la cocina y hacer 20.000 chorradas y no chorradas.
La he desempolvado, he sacado el recipiente del congelador (es el punto negativo que le veo, además del tamaño: tienes que congelar la base previamente), he tomado mi nuevo libro de recetas y ha tocado la receta anterior :)
La máquina en sí no tiene mucho misterio: la base que hay que meter en el congelador, la pala que va encajada en la tapa, y la tapa (con un botón de on/off). La pala se mueve siempre en el mismo sentido (salvo que apagues la máquina y la vuelvas a encender), y tiene una abertura en la tapa para agregar el líquido o cualquier otra cosa que queráis echar mientras se hace el helado.
Hay que tener la precaución de llenarla hasta la mitad o un poco más, pero no demasiado, porque la mezcla aumenta su volumen visiblemente.
Una vez hecho, transferir el helado a un recipiente adecuado y meter en el congelador. Sacar el helado unos 10 minutos anter de servir y...listo :)
La inversión es mínima, el resultado aceptable, sobre todo si os gusta la cocina y tenéis gente en casa a la que le pirren los helados.
Existen más modelos en el mercado, de distintas marcas y volúmenes. Todo depende del presupuesto y del uso que se le vaya a dar, como ya digo.
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