Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

jueves, septiembre 23, 2010

De los nervios

No he podido evitarlo y he tenido que recurrir al blog para no ir al psicólogo:

Hay cosas que me ponen mala y, de verdad, es que no puedo con ellas. Por ejemplo:

* Que a un etarra lo trasladen a la misma prisión que a su pareja porque ella va a iniciar un tratamiento de fertilidad.

* Que el gobierno andaluz intente comprar votos dándole a las ancianas de la guerra civil 1.800 €.

* Que la gente exija, patalee y proteste por cosas de las que no tiene ni pajolera idea, por ejemplo, el programa de bilingüismo. Y ahí es donde me tocan los ovarios:

Los padres (y hablo en general, ya sabemos que no todos son así), esos seres entrañables que te cuidan cuando eres un bebé y te meten en la guarde o el cole el máximo tiempo posible, porque están trabajando o porque les da la gana. Esos que te aparcan delante de la tele con el mando a distancia a merced de que el niño acabe viendo Sálvame o cualquier cosa horrible, en vez de Heidi o la Aldea del Arce. Esos que les dan todo a sus hijos, pero no le enseñan a decir por favor o gracias. Esos que se creen que tienen derecho a meterse en la labor de los maestros, cuando ellos no ejercen como padres. Esos. Me.Tocan.Los.Ovarios.

Un nutrido grupo de entes se ha empeñado en exigir que sus hijos formen parte del programa de bilingüismo del centro cuando, y de esto estoy segura, no tienen ni idea de ni del concepto de bilingüismo ni de en qué consiste el programa. Es como si me pongo a exigir, con 80 años, que me pongan unas prótesis de silicona y que se me queden derechitas. Cuando no se puede, no se puede.

Para empezar, el llamado programa de bilingüismo consiste en 1 hora de conocimiento del medio y 1 hora de plástica en inglés. Es decir, que de bilingüe nada. Es más, se podrían ampliar en 2 las horas de inglés y centrarlas en esas dos asignaturas sin necesidad de llamarlo centro bilingüe ni nada.

Además, la implantación del programa es progresiva (al contrario de lo que piden los padres) por un motivo de sentido común: hay que empezar poco a poco. No le vas a poner a un niño de buenas a primeras, a que se aprenda ciertos conceptos o contenidos en un idioma que apenas conoce y en un entorno en el que, evidentemente, no se habla la lengua extranjera.

También hay que tener en cuenta las capacidades del niño. Desgraciadamente, no todos los niños tienen la misma, y no van a asimilar los contenidos tan bien como se espera. ¿O es que nadie recuerda a algún compañero del cole que suspendiera lengua o sociales en 3º o 4º de EGB?
Todo puede ser que le creemos al niño una aversión a la lengua extranjera, obligándole a estudiar en inglés...

Por otro lado, ¿de verdad nos creemos que el bilingüismo se va a conseguir así como así?
Pues no señor.
El niño (o el adulto) necesita una exposición a la lengua extranjera continuada y relativamente amplia. Con dar dos horas de materia en inglés, el niño no va a poder ver películas, ni entender las canciones, ni mantener una conversación, pero ni en primaria ni en secundaria, a menos que nos pongamos las pilas y le "insuflemos más input".
Como experiencia os cuento el caso de un ex-alumno británico que se vino a España con 10 años y 5 años después seguía sin poder mantener una conversación básica en español. Sencillamente, y aunque había estudiado en un colegio español, con niños españoles, no le había dado la gana aprender. No se sentía contento en España, sus padres no hablan apenas español, los canales de TV que veía eran británicos...Y luego me encontré con 3 hermanas que, al año de venir ya sabían más que él. Su actitud hacia el idioma fue totalmente diferente y se relacionaron con compañeros españoles.

Así que no esperemos que nuestros hijos sean bilingües si no viven experiencias en otro idioma, si no se comunican con personas de distinta lengua materna a la suya. Es más, ¿de qué les va a servir si no lo practican?

Como dicen en inglés: If you don't use it, you lose it. (Si no lo usas, lo pierdes).

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Vale, al final me ha quedado un churro de post, pero es que quería desahogarme un poco :P

Voy a tunear mi bata y a hacer una tarta de chocolate :)

Besos

lunes, septiembre 06, 2010

viernes, septiembre 03, 2010

Comimos en...Vliegende Schotel (Ámsterdam)

Cerca de la casa de Ana Frank se encuentra Vliegende Schotel, un pequeño restaurante extraño con un cocinero extraño y una dueña un poco menos extraño.

Está en el barrio Jordaan, que es precioso y muy tranquilo.

Había clientes, aunque no muchos, y la decoración del comedor que da a la cocina es un poco ecléctica, rozando lo cutre. De hecho, las mesas y las sillas de colores parecían haber sido sacadas de una escuela antigua. Un poco raro, no sé.

La comida estaba bien, de precio aceptable y bastante cantidad.

Un sitio curioso para visitar y pasear por una zona poco transitada por turistas (al menos a esa hora de la tarde/noche).

Eso sí, me quedo con el hilo musical que me descubrió un par de canciones interesantes: Foundations, de Kate Nash y una canción preciosa de una holandesa llamada Ilse De Lange.

Os la presto un rato :)

Besos

Comimos en...De Whagaals (Ámsterdam)

En el viaje de este verano tiramos mucho de los restaurantes vegetarianos. Desgraciadamente, no había muchos abiertos. En Bruselas no tuvimos suerte y en Brujas, menos. En Gante encontramos Avalon (impresionante la comida, de verdad) y en Ámsterdam estuvimos en dos.

El mejor, a mi parecer, fue De Whagaals. Algo así como "El temerario" en español, está situado en una zona poco céntrica y muy tranquila, casi al lado de la fábrica de Heineken, así que no tenéis excusa para no ir ;)

El menú tiene pocos platos y es algo caro (creo que los precios en Europa son así de altos), pero estaba bueno.

Dos pequeños chascos que nos llevamos:

- Mi acompañante pidió "Mint tea" pensando que era como el té moruno y le pusieron una infusión de hierbabuena :-s
- Yo pedí algo que parecía ser una galleta con crema de plátano y me pusieron una galleta con nata y plátano. Podría haber utilizado las comas para separar las palabras...En fin...

miércoles, septiembre 01, 2010

Reseña: The Vegan Scoop

Antes de que empezara el verano hice un pedido a Amazon de varios libros de cocina que no podía encontrar online. Éste es uno de ellos:


¡Un libro de helados veganos!

Teniendo en cuenta que los helados convencionales están hechos con leche (y en muchos casos, con huevo), por las opiniones que había leído y por la imposibilidad de echarle un vistazo en pdf me decidí a comprar este libro.

Tanto si eres veg*ano como si no, el simple hecho de que estos helados tengan muchas menos calorías que los tradicionales ya es un punto a su favor.

En la contraportada aparece una tabla comparativa de las calorías de los helados industriales tradicionales y los veganos que vende Wheeler del Torro (interesante nombre y apellido) en su heladería (y que creo que se comercializan, no lo sé seguro). Por poner un ejemplo, el helado de vainilla de Häagen-Dazs tiene 289 calorías frente al de Ben & Jerry's que tiene 240 y el de este chico, que tiene 80. O_O No sé hasta qué punto es de fiar este dato, pero da qué pensar.

Vayamos al libro en sí:

Colores suaves y agradables, fotografías a todo color, un poco de historia sobre este chico y alrededor de 150 recetas de helados y sorbetes. También aparecen otros postres veganos para acompañar los helados (salsas, muffins, bombones...), variaciones de algunos de los helados, sugerencias con las que acompañar los helados y datos curiosos.

Algunas de las recetas que podemos encontrar (además de los típicos sabores de chocolate o vainilla) son: almendras, sirope y nueces, toffee, pistachos, granada, albaricoque, gengibre y ginseng, cardamomo y vainilla, aguacate y limón, sésamo negro, wasabi, curry dulce de higo, té verde, guayaba, coco, sorbete de shandy, calabaza, Earl Grey, mojito, lavanda, nuez moscada...

En fin, una lista de sabores, tanto tradicionales como poco comunes, repartidos en diferentes apartados:

- Clásicos
- Afrutados
- Saludables
- Asiáticos
- Caribeños
- Novedosos
- Afrodisíacos
- Recipientes y salsa
- Guarniciones y sorbetes

Los ingredientes básicos son:

- Leche de soja
- Nata de soja
- Arrurruz

La sugerencia que hace Wheeler es practicar con los básicos de vainilla y chocolate hasta que salgan bien, para luego probar con combinaciones más complicadas.

El primero que hice fue el de vainilla, pero, pese a utilizar 3 tipos de vainilla diferente (vainilla natural, azucar avainillada y extracto natural de vainilla) el helado NO sabía a vainilla, sino a nata de avena (no tenía de soja). :-s Total, un churro que acabé por comerme yo.

La segunda vez me animé con el de chocolate y fue un éxito. Esta vez utilicé nata de soja y,como el chocolate tiene un sabor más fuerte, sí que tenía sabor. Fue un éxito: hasta a mi padre le gustó (hay que señalar que mi padre es totalmente reacio a probar mis experimentos).

Ahora voy a por la tercera vez y repito con el de chocolate, sólo que con nata de avena. Me he quedado sin nata de soja y voy a ver qué tal sale...
De entrada, con la mezcla para el helado de chocolate, se podrían hacer unas natillas veganas de rechupete :)

Ya os contaré cuando haga algún experimento más. De momento, os dejo con un vídeo donde sale Wheeler del Torro haciendo un helado (o acompañando a la que hace el helado :P)



Ésta es su web

Y aquí podéis encontrar un pdf con varias páginas del libro, para que os hagáis una idea de cómo es ;)

Año nuevo, vida nueva.

Para no variar, voy más rápido o más despacio que el resto del mundo. Para mí el año comienza cuando terminan las vacaciones de verano y empieza el curso académico. En parte porque soy maestra, y en parte porque lo siento así.

Es cuando llega el momento de hacer planes (¿a qué me voy a apuntar -para después no ir?), de idear menús para comer durante el curso, de comprar rotuladores, agenda, libretitas y chorradas varias; de hacer nuevos propósitos.

Como aún no tengo claro si me van a dar alguno de los masters que solicité, no quiero hacer muchos planes. Este año he decidido no emocionarme apuntándome a cosas para no dejar nada a medias, así que voy a esperar a enterarme de esto para hacer planes.

Eso sí, este curso cambian muchas cosas: para empezar, colegio nuevo. Han sido tres años increíbles en el mismo centro.

Amigos, alumnos, compañeros, risas, lágrimas, música, kilómetros y más kilómetros, tormentas y corrimientos de tierra, La Casa de la Pradera, perros y gatos, verdiales, aceitunas, bocadillos de queso, situaciones desagradables, mi "croquetilla", Cálico Electrónico, La Niña Repelente, Doraemon y Nobita,...

Nunca he estado tanto tiempo en el mismo sitio. Voy a echar de menos muchas cosas (y a varias personas muy especiales -¡os quiero!), pero se imponía un cambio de aires. No por los compañeros ni mucho menos, sino, básicamente, porque estaba ya cansada de tanto coche y porque los niños de Secundaria han colmado mi paciencia este año. Hay otros pequeños matices, pero el resultado definitivo ha sido que me han destinado a un centro más cerca de casa (de casa de mis padres y ahora, otra vez, mi casa), a sólo 10 minutos.

Adiós a los madrugones de las 6 de la mañana y a los 3ºC en invierno (no todos los días). Adiós a las curvas y a llenar el depósito cada dos por tres. Adiós a la mini-cocina del piso de alquiler.
Porque ese es el otro cambio: vuelvo al hogar, dulce hogar. :)

Muchos me han comentado si no va a ser duro volver con mis padres después de 9 meses viviendo sola. Me imagino que sí (más que nada, el tema de la libertad de acostarme a la hora que me diera la gana, o de invitar a gente a casa), pero la verdad es que los he echado de menos. Y he echado de menos mi cocina. Snif. Por fin vuelvo a tener mi horno, mis cacharritos ocupándolo todo y, sobre todo, alguien que se coma la comida que preparo :P :P :P

Vivir sola está muy bien, pero vivir con alguien que te incite a cocinar está mejor (al menos en mi caso). Lo de cocinar para mí nada más no tenía ningún sentido: a mí me gusta compartir la comida y que la gente pruebe los experimentos "vegetaloides"que hago. Así que, este año mi madre está más feliz que una perdiz :)

Dentro de la novedad de cambiar de centro está la de que es un colegio inmenso. Cuando digo inmenso, quiero decir INMENSO. Los pasillos están al aire libre (qué bien lo voy a pasar en invierno) y son kilométricos. Ni siquiera los colegios de ciudad en los que he estado eran tan grandes. :-s Y bueno. Hoy hemos tenido una primera toma de contacto y hay rumores de que me va a tocar dar el inglés en infantil. :-s Mi vasta experiencia de media hora a la semana con una clase de infantil de 7 niños de 5 años es irrisoria frente a la idea de dar entre una hora y hora y media de clase a 11 grupos de 25 niños cada uno. Ja. Quién dijo miedo. Ja. Ya veremos qué pasa :-s

Y dicho esto, voy a comenzar con las reseñas de algunos de los libros que tengo ;)

Espero que disfrutéis de vuestras vacaciones o que hayáis disfrutado de ellas.

Besos...