Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

jueves, noviembre 20, 2008

Día Mundial de la Infancia


Desde Unicef nos cuentan que...

El 20 de noviembre se celebra en todo el mundo el Día Universal de la Infancia y el XVII aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño, aprobada en 1989.

Ratificada por 192 países, la Convención sobre los Derechos del Niño supuso un hito, pues desde su aprobación la infancia es considerada, no como objeto de protección, sino como sujeto de pleno derecho. Un enfoque de desarrollo basado en los derechos de la infancia contribuye a que se produzcan las transformaciones sociales, económicas y jurídicas necesarias para hacer del mundo un lugar más justo y habitable.

Sin embargo, la Convención sobre los Derechos del Niño sigue siendo un documento insuficientemente conocido y los derechos que recoge aún distan mucho de convertirse en realidad en numerosos rincones del planeta. Días como el 20 de noviembre sirven para recordar que los derechos de la infancia están ratificados pero no garantizados.

Desgraciadamente se siguen violando diariamente los derechos de millones de niños y niñas en todos los países del mundo, y son muchos los retos que quedan hoy día y que se reflejan en estas cifras:

1 de cada 4 niños y niñas vive en condiciones de extrema pobreza, en familias con ingresos menores a 1 euro diario.
1 de cada 12 niños y niñas muere antes de cumplir los 5 años.
Más de 120 millones de niñas y niños en edad escolar no asisten a la escuela, en su mayoría niñas.
Cada minuto, un/a niño/a muere por una enfermedad vinculada al SIDA. Actualmente hay 15 millones de niños y niñas que han perdido a sus progenitores a causa del SIDA.
300.000 niños y niñas están sirviendo a gobiernos o fuerzas rebeldes como soldados.
Más de 1,8 millones de niños y, sobre todo, niñas están sometidos a la explotación sexual.

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Lamentablemente, los niños de todo el mundo se ven afectados por las decisiones, irresponsables o no, de sus progenitores. De nada sirve, a mi entender, lamentarnos, colaborar con ONG's o sentir lástima de esos niños que salen en la tele cuando no dedicamos el tiempo suficiente a los nuestros, no les educamos como debiéramos y cedemos a sus caprichos convirtiéndolos en dueños y señores del hogar.

Me he encontrado con niños malcriados porque sus padres no tenían tiempo para pasar con ellos, y suplían esta carencia a golpe de regalitos; niños utilizados como en los divorcios de sus padres, maltratados psicológicamente; niños que no se merecen unos padres incapaces de cuidarse a sí mismos y, mucho menos, de cuidar de su familia.

Si bien es cierto que la situación de la infancia es penosa en el resto de los continentes, los niños occidentales sufren también de otra manera.

En nuestra mano, como adultos "responsables", está el educarlos, quererlos y tratarlos como personas y como futuros adultos que llegarán a ser, y el ser conscientes de que, si no vamos a ser capaces de criarlos, es mejor plantearse no tener hijos.


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