Hoy me he levantado con la escopeta cargada y con una idea en mente: las películas y los niños.
¿Quién no recuerda una tierna infancia -no tan tierna, según la infancia de quién- edulcorada con dibujos animados de la factoría Disney?
Sí, la mayoría de las películas están basadas en cuentos populares, ¿qué culpa le vamos a echar a los de Disney? Eso me recuerda que, cuando estudiaba en la facultad, oí a las alumnas de literatura infantil comentar por los pasillos que los cuentos originales no eran para niños, y que distaban mucho de las versiones que conocemos.
Pero vamos a lo que vamos: las películas de Disney son un mundo de ilusión y falsedad con el que nos engañan e influyen desde que estamos en la cuna.
No vamos a negar que los dibujitos en sí no sean bonitos -que lo son- , pero, ¿en cuántas películas los personajes principales son gordos, calvos, con granos, ..?
Todos rezuman perfección: unas pieles blancas, marrones o amarillas; unos rasgos suaves, unas melenas de ensueño, unas siluetas bien dibujadas, una musculatura marcada ligeramente. Nos quejamos de la publicidad, de las pasarelas...pero no nos quejamos de la imagen de los personajes de las películas. Además, todos los personajes "malos" tienen "cara de malos"...y ya sabemos tod@s (y quien no lo sepa, que vaya aprendiendo) que no siempre la gente que tiene cara de mala lo es, y viceversa. La apariencia no es sincera ;)
Y luego están las relaciones interpersonales y los finales: todas las películas acaban bien; los enfermos se curan; no existe el SIDA, no hay parejas homosexuales, no hay divorcios en los que los hijos -y sus progenitores- sufran, no hay adulterio ni infidelidades...
A lo que iba, que se alejan bastante de la realidad. Entiendo que es un mundo de ilusión creado para entretener, pero...¿está bien entretenerlos con ese engaño?
Está claro que los niños que hayan vivido situaciones diferentes a las de las películas, no se sentirán identificados, y puede que para ellos sea caer en un remanso de "normalidad" al que no están acostumbrados, pero, para aquellos que vivan en una familia "guay", eso no hará más que reforzar la creencia -falsa- de que el mundo es de color de rosa.
En fin, todo esto es criticable y no es más que mi humilde opinión, así que ya sabéis, criticadme o dadme la razón.
Y para las que no se hayan desintoxicado aún, "La princesa que creía en los cuentos de hadas".
Los cuentos de hadas nos los tenemos que currar nosotr@s... y hasta los príncipes y princesas azules van al cuarto de baño ;)
1 comentario:
qué buena que estaba la sirenitaaaagh...
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