Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

martes, noviembre 01, 2011

Feliz Samhain, feliz noviembre.


Este año creo que no voy a redirigiros a posts de años anteriores para volver a explicaros el origen de Hallowe'en, o el de la festividad de Todos los Santos porque tenemos a nuestros amigos Google y Wikipedia que nos pueden empezar a iluminar el camino con un poquito de luz.

El final de año celta está muy cerca del fin de año hindú, y ambos vienen iluminados por las velas. Unos por las lámparas del Diwali y otros por los farolillos hechos con nabos para Halloween.

Aunque no lo quiera, es un punto de inflexión para mí en el sentido de que, si bien no me tomo exteriormente las molestias de celebrarlo, interiormente me toca la fibra del cambio.

Ya os dije a principios de septiembre que para mí el año empieza, de alguna manera, a principio de curso. Siempre ha sido así, porque, o he estado estudiando, o trabajando en algo que funcionaba de esa manera. Y ahora comienza noviembre y vuelven otros cambios distintos: que si el cambio de hora, que si el final del trimestre está a la vuelta de la esquina y hay que empezar a preparar las cosas para Navidad (para el colegio, se entiende), que si cambia el tiempo y hace más frío...

Realmente lo veo como una vuelta a lo oscuro del invierno para lo que voy a necesitar una luz.

Con luz o sin ella, intento hacer esta vez pequeños y nuevos propósitos que me hagan mejor persona o, al menos, que me hagan sentir mejor.

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