London, chapter five (the End)

Y por fin (¡!) llegamos al final de los capítulos de la LE.

La verdad es que ha sido un viaje increíble pero corto.

La noche del miércoles quedamos con un colega de mi hermana y estuvimos con él y sus amigos (todos autóctonos) bebiendo algo mientras veían el fútbol (Blackpool vs Arsenal). El acento londinense, como todos, para el que lo entienda :P Yo aún así, me defendí como pude e intenté enseñarles palabras en español sin mucho éxito: fefefa. Alright, try again: ¡feee feee fa! Nada. Que no. Claro, ellos dicen: beer! Y tan panchos. Como no me van a leer, criticaré a uno que hubo que era un pedazo de borde integral y que ni se dignó a hablarnos. Los otros nos contaron su experiencia cuando fueron a la Tomatina y otro pequeño borde que había, al final se animó y nos dijo las palabras que estaba aprendiendo en su clase de español.
Salí de allí colorada, no sé si más bien fue por la cerveza o por la vergüenza que pasé :-s

Y llega el jueves. Bonito día. Nos levantamos, dejamos las maletas hechas, desayunamos y vamos al museo de historia natural. Bien. Ah no, ¡mierda! ¡No encuentro la referencia del vuelo! Bueno, no pasa nada, nos vamos a un ciber y la apunto en un papel.
Cogemos las maletas, nos despedimos y allá voy yo con mi maleta de 23 kg a patearnos el metro. Sí, 10kgs más que cuando llegué :P
Bueno, miramos los trenes que hay que coger, blablabla y nos plantamos en Stansted a eso de las 2 de la tarde. Como el vuelo salía a las 16:20, íbamos genial de tiempo.
Check-in...

- Lo siento, pero no están ustedes en la lista. - O_O ¿Qué? - Hable con mi compañera.
Hablo con su compañera...y me dice: Ah, claro, estáis en la lista pero no es aquí, es en Luton.

O_O ¡¡¿Qué?!!

En aquel momento supe que no iba a llegar a Málaga el jueves. No había más vuelos a Málaga ese día, así que la única opción era salir pitando para Luton...en taxi. :-s 76 libras por dos personas.
Allá vamos, con una masa carnosa a la altura del cuello (los ovarios se habían fundido con las amígdalas) y nos metemos en el taxi y...el aeropuerto está a una hora. La hora más larga de mi vida. Yo estaba sentada detrás del conductor, mirando cómo aumentaba la hora de llegada en su GPS, calculando a la hora que teníamos que llegar para encontrar el check-in abierto, rezándole a todos los dioses, santos, reencarnaciones y elementos posibles para llegar a tiempo, planeando una estrategia para que una de las dos llegara antes al mostrador mientras la otra arrastraba las maletas y..."It's closed".
Las palabras desesperación y frustración cobraron un nuevo sentido para mí. El avión estaba ahí y nosotras habíamos llegado tarde al check-in por 5 minutos escasos. A joderse.
Vuelta al mostrador de información de la compañía (implorando mentalmente que hubiera alguna solución) y...no, no hay vuelos para Málaga hoy. Peeeeero antes de saberlo se me ocurrió la idea de que,tal vez, había algún vuelo a Madrid (recordaba que la compañía operaba vuelos a Madrid también porque estuve contemplando la idea de hacer ese trayecto) y, ¡milagro! Había vuelo y plazas.
La lala. 70 libras después, nos da una referencia nueva y nos sentamos a malcomer algo mientras esperamos para embarcar. Pero antes de embarcar te pones en fila, te quitas el abrigo, los zapatos, la bufanda y todo lo que lleves, lo pasas por el escáner y tú te subes en una especie de cápsula extraña, te espatarras, levantas los brazos como si bailaras alguna danza extraña y te escanean a ti también. Nada de cacheos (oh!), ahora lo que se lleva es que te vean hasta el higadillo con la máquina esa.
Luego, vuelve a esperar para subir al avión (el de Málaga salió con retraso también), no sin antes llamar al albergue juvenil que estaba...completo. :/ Por suerte nos dieron un número allí para ir a una pensión. Entre que el avión salió tarde, el paseo que se pega por el aeropuerto, esperar a que salieran las maletas, coge metro, sube y baja maleta pesada, encuentra albergue y llega...Las 10.45 de la noche (Y menos mal que el del hostal me subió la maleta. Pobre hombre, aún se debe acordar de mí).

Y a esa hora...¿qué hacemos? Salir de marcha. Claro. Por Madrid. ¿No querías ver Madrid? Pues toma Madrid. Por huevos. xD

D. y su amigo O. nos llevaron a unos locales de cuyos nombres no me acuerdo. Porque bebí.
Yo no bebo ni mucho ni a menudo (de hecho, en Londres descubrí que había algo de cerveza que podía beber); por eso, cuando bebo, por poco que sea, el alcohol se ceba en mí con alegría. :/

¿Resultado? Me puse a contarle al dueño (creo que era el dueño) de uno de los locales todo lo que simbolizaba mi tatuaje, me metí dos veces en el servicio de los chicos (estaban vacíos, ¿eh?), tiré un vaso que había en un lavabo y me corté en un dedo. Cuando dejó de sangrar, me fui de nuevo fuera, y cuando miré el brazo al rato, lo tenía manchado de sangre :/ Lamentable :/

Llegamos al hostal a las 6 de la mañana, y cuando aún no me había dado tiempo a recuperarme del trajín de las últimas horas, sonó a las 9 el despertador. Y en marcha a la estación de bus...Sin desayunar. Sin haber cenado :/
Después de arrastrar la maleta hasta la estación (con la ayuda de luciérnaga y de algunas personas que se pararon a echarme un cable), compramos los billetes y salimos a las 11.30 de la mañana del viernes, para llegar, muertas de cansancio y de hambre, a las 5.30 a Málaga. A mi casa, a eso de las 6.

Yo ahora lo pienso y hasta me hace gracia xD Como dicen por ahí, cosas que contarle a los nietos. Pero vamos...En su momento la situación no tuvo ni pizca de gracia.

Me encanta viajar. ¿A dónde la próxima?

Besos

PD: Os dejo con un mensaje robado de una pared de Brick Lane (donde nos "acosaron" varios indios para que cenáramos en su restaurante xD). Espero que os guste ;)