Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

jueves, marzo 15, 2007

¿Hasta qué punto...

...es una locura, o no, defender un ideal?

Mañana -o dentro de un rato- tengo que ir de excursión con los críos a una especie de zoo en el que algunos de los animales están en semilibertad.

Accedí por equivocación: confundí el nombre, aún no sé cómo, con el de un jardín botánico que hay y para cuando me di cuenta de mi error, ya era demasiado tarde.

Seguramente más de un@ discrepe conmigo en cuanto a la idea de mantener animales en zoos y parques de este tipo para disfrute del personal.

Me diréis que, al menos, los animales están ahí y no en mitad de la selva expuestos a que los cace un furtivo. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de animales de los zoológicos han sido criados en cautividad, esto es poco menos que imposible. Aún así, es cierto: si estos animales estuvieran en su medio, habría algún desgraciado (por ser educada) que querría acabar con ellos.
Eso, en mi opinión, no justifica la existencia y el uso de este tipo de lugares.
Lo ideal (ya entramos en el maravilloso mundo de las utopías) sería que todos estos animales vivieran sin temer ningún tipo de ataque humano, pero la realidad es, como ya sabemos, bien diferente.

Yo me pregunto qué pasaría si uno de estos días decidiéramos coger a un grupo de personas cuya herencia cultura, étnica e idiomas estén en peligro de extinción y los metemos en una jaula para que los demás veamos cómo viven, qué hacen, cómo se comportan. Sería muy interesante. Probablemente ya se esté haciendo algo parecido.

El caso es que no creo que la educación de los niños se vaya a ver mermada porque no pisen un zoo. ¿Realmente es necesario? ¿Tiene sentido que los niños vean cómo vive un animal fuera de su entorno? ¿Qué se aprende?

Se aprende, como dice el eslógan del sitio este: "porque la naturaleza está de moda".

(Pero-qué-me-estás-contando!!!!)

Con esa mentalidad llegaremos lejos. Al otro barrio mismamente.

Debería, tal vez, haberme negado a ir. Rechazar una excursión de 9 horas en las que lo voy a pasar más bien mal porque mi forma de pensar no me permite aceptar que existan este tipo de lugares y, mucho menos, contribuir a que sigan haciéndolo.

Recuerdo haber hablado este tema con Samu, de todossomosanimales, y el caso es parecido para la enseñanza. ¿Nos podemos negar a impartir unos contenidos que consideramos ofensivos?

Actualizaré este post mañana, que estoy que me caigo y ya no puedo pensar.

Besos y a dormir!

3 comentarios:

Iox dijo...

Trata de mirar el lado positivo.

Quizás tengas la oportunidad de enseñar algo a los niños, de hablarles de por qué no te gusta ver a los animales encerrados, de hacerles ver qué pasaría si les encerraran a ellos...

Hablando de las utopías (que me encantan) tienes toda la razón. Lo ideal sería que los humanos, como otra especie más, respetáramos a los animales y sus hábitats, tratando de convivir con ellos en vez de convertirlos en una afición, en esclavos de nuestros intereses.

Ir al zoo es como ver una foto. Ves al "bicho", le oyes, te das cuenta de lo grande que es y ahí se acaba la visita. No te dice nada más, no te enseña nada de lo que realmente hace falta. Lo interesante sería ir al monte a observar la naturaleza, a aprender a respetarla.

Si te sirve de algo mi opinión, yo creo que sí te puedes negar. Objeción de conciencia.

PD: De nuevo, saca el lado positivo, seguro que mañana (hoy) ocurre algo divertido!

o s a k a dijo...

lucha por aquello en lo que crees y el doble de lo que crees

-sin red-

put it other way?
fake it 'till you make it!


n a c o

Peggy dijo...

Comparto contigo que no te gusten los animales en esas condiciones ...un kiss:9 cai aqui por otros blogs