Estuvimos en...

Que, aunque no se vea bien, viene a ser Valencia.

Viaje de estudios como pocos que haré: seis alumn@s, mi compi L. y yo :D
Aparte de agradecer a L. por compartir el viaje y la experiencia conmigo, también por aguantarme en los momentos "horchata" y "aeropuerto" (¿quién necesita beber alcohol cuando tienes horchata y hace el mismo efecto?). Ha sido un gran viaje gracias al "qué profundo es tu olor" y a ¡¡la tigresa del oriente!!

Era la primera vez que pisaba Valencia y, para ser sinceros, me la imaginaba más pequeña. Llaman la atención el número de motoristas (con motos de las buenas, nada de las que hay por aquí abajo) y de ciclistas, lo rápido que conduce la gente (taxista a 76km/h por la ciudad, no lo olvidaré nunca) y el empeño que ponen en cruzar el rojo y morir atropellados (no lo consiguieron).

La ciudad de las artes y las ciencias, preciosa...si no fuera porque tuve que librar una lucha interna que ganó el sentido común: me tuve que comer con patatas el oceanográfico :-s Y sí, qué pasa, hay una parte de mí a la que le revienta que encierren a los animales para exhibirlos y que la gente se entretenga, cuando podían estar en su medio natural...Y hay una parte que babeó casi literalmente viendo las preciosidades que se esconden bajo el mar y que tan poco nos preocupamos de proteger.

No sé si este tipo de sitios servirá para concienciar a la gente de lo necesario que es cuidar (en este caso) mares y océanos...lo que sí me quedó claro es que el numerito con los delfines se lo pueden meter por el mismo **** y que, mientras los demás aplaudían, yo me tuve que imaginar chirivitas de colores para que no se me cayera el lagrimón viendo a los pobres haciendo lo que sus "entrenadores" ordenaban.

Y vosotros, los que aún seáis libres, huid del ser humano mientras podáis...