Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

jueves, enero 11, 2007

Conversaciones imaginarias

En algún lugar de Somalia...

- Toc, toc...

- ¿Quién es?

- Soy el Sr. Arbusto.

- ¿Y qué quiere, Sr. Arbusto? ¿Recursos naturales, diamantes, petróleo..?

- Es que parece ser que hay terroristas islámicos en su país. No estamos totalmente seguros pero, ¿podemos bombardear algunas zonas?

- Oh, sí, claro. Total, la gente aquí se muere de hambre o se matan entre ellos. ¿Qué más da si viene una superpotencia y se carga a unos cuantos civiles?



En algún lugar de Madrid...


- Toc, toc...

- ¿Quién es?

- Soy el Sr. Arbusto.

- ¿Y qué quiere, Sr. Arbusto? ¿Poner más bases militares en nuestro país? ¿Que mandemos militares a Irak?

- Es que parece ser que hay terroristas islámicos en su país. No estamos totalmente seguros pero, ¿podemos bombardear algunas zonas?

- Oh, sí, claro. (Total, otro terrorista más que pone bombas...). Pero, ¿qué dirá la comunidad internacional?


Pues nada. Me irrita el Sr. Arbusto. Me irrita la facilidad que tiene para disponer de la vida de los demás, americanos o no. Me irrita que pida perdón por meter la pata hasta la coronilla y que, 5 minutos después, comunique el envío de 21.500 soldados más a Irak.
Creo que todo forma parte de un plan a escala mundial para disminuir el número de seres "humanos" del planeta. O, tal vez, una estrategia para provocar el autoexterminio de los iraquíes.
No recuerdo la fecha, ni siquiera el año, pero recuerdo cómo me sentía y que hacía poco antes de que empezaran los bombardeos en Irak: estaba en la cama, con los ojos cerrados y rezaba a algo o a alguien, pidiendo que no empezasen otra guerra más, otra locura de consecuencias inimaginables (aunque previsibles).
Como era de esperar, nada ni nadie oyó las plegarias. Ni las mías, ni las de -supongo- millones de personas que no querían una nueva masacre, pese a que hubiera un dictador haciendo de las suyas.
Me imagino que "mi dios" y el del Sr. Arbusto y sus secuaces no debe ser el mismo. Si no, ¿a cuál de los dos habría hecho caso?

4 comentarios:

o s a k a dijo...

toc toc

soy el señor terrorista islámico

voy a ver si me cargo a 192 personas en el tren de madrid [convencido de que os buscaréis eneigos entre vosotros mismos]

o s a k a dijo...

EsTÁ más que claro quién mata indiscriminadamente a quién, y no es necesariamente el señor arbusto...

Amada_Tierra dijo...

No. Él es, desgraciadamente, uno más pero, para bien o para mal, está en el punto de mira porque tiene nombre, apellidos y rostro, y está al frente de un país.

Y los señores terroristas islámicos tienen el mismo derecho que el Sr. Arbusto a masacrar gente: ninguno.

Iox dijo...

De acuerdo contigo brid (acabo de descubrir tu blog - i love it), el Sr Arbusto no tiene ningún derecho a imponer su visión sobre el mundo.

Al principio me enfurece, pero luego me entristece: el Sr Arbusto solo cree que está defendiendo su país, sus valores, sus ciudadanos, el futuro del mundo. Y los terroristas piensan lo mismo.