...bebe sin tener sed, come sin tener hambre, habla sin tener nada que decir y mata por diversión.
Para aquellos que no veáis las noticias ni leáis el periódico, os comento brevemente (más que nada, porque adjunto los links al final) una noticia espeluznante: ahora ya no hace falta irse de safari a África; podemos hacerlo en Badajoz.
Siento no poder ser objetiva, pero me hierve la sangre al pensar en este tipo de barbarie inhumana, digna de...bueno, creo que no hay adjetivos para calificar a estas "personas" que se dedicaban a organizar cacerías de leones, tigres, linces y lobos blancos en un coto de caza.
Para empezar, perdonadme por mi estrechez de mente, porque no logro comprender qué sentido tiene o qué placer provoca el perseguir y matar a un animal. Si a alguien se le ocurre una explicación, que me la cuente, porque a lo mejor no veo más allá de los límites del raciocinio...
Además, no basta con matar perdices, conejos y ciervos. No, ¡por Dios! ¡Qué vulgaridad! ¡Cacemos especies amenazadas, que es más divertido! ¡Claro que sí! Compremos tigres y leones a los zoológicos (a saber en qué condiciones estarían los pobres animales para que el zoo los vendiera), y atrapemos lobos blancos y linces. Sobre todo linces, que como hay tantísimos en España...
Yo me lo digo todos los días cuando me levanto: ¿cómo voy a hacer de la Tierra un lugar peor? ¿Cómo puedo contribuir hoy al deterioro del planeta? Y voy, y mato un animal en peligro de extinción, así de simple. Así, cada vez que vea colgado de mi salón una cabeza de animal muerto, recordaré lo genial que soy, el legado que dejo a futuras generaciones y, sobre todo, lo contentos que estarán mis antepasados, revolviéndose en sus tumbas sabiendo que tienen un pariente, entre otras cosas, irresponsable y gilipollas.
Diario Sur
El Mundo
ABC
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