Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

martes, septiembre 08, 2009

Algunas personas...

...dan, cuanto menos, lástima.

Me han enviado este enlace de un blog de un chef mexicano llamado Adrián Herrera.

Me pregunto cuántas parejas vegetarianas ha tenido este hombre que lo han tratado mal, para tener tanto odio y desprecio hacia el colectivo vegetariano.

Desde luego, el post no tiene desperdicio. Al final del mismo, tras 3 recetas con carne de vaca que he decidido no pegar aquí, aparece el correo electrónico de este señor, aunque me parece que ni siquiera merece la pena mandarle un e-mail para aumentar su odio/desprecio.

(En negrita, las mejores frases. En cursiva, alguna que otra contestación).

Desde aquí

Primero aparecieron los zacates, después los rumiantes, luego los depredadores de éstos y al final una especie de antropoide superdesarrollado que aprendió a sembrar cereales, a domesticar ganados y a matar a otros depredadores por deporte. Así construyó una civilización que hasta hoy persiste. Pero el vegetarianismo considera que el cuerpo es corrupción (me pregunto a quién le ha preguntado sobre este concepto). Debe existir una substancia eterna, algo subyacente que no se degrade, algo puro. De ahí la lucha por permanecer inmutables ante el torrente de tiempo que nos arrastra y desbarata, lo que no puede evitarse por más lechuga orgánica que uno coma: la vida implica degradarse, desbaratarse progresivamente.

Hay quienes dejan de comer carne porque sienten que es más saludable. Otros lo hacen para protestar contra el maltrato a los animales o por el impacto que la ganadería tiene en el medio ambiente. También hay quienes ven algo de místico en el asunto. Otros hacen la carne a un lado porque, de repente, les da asco. Al final, el vegetarianismo es una reacción cultural en contra de la industrialización, pero está motivada por la angustia, por el horror ante la muerte. La carne, el sacrificio y su consumo conllevan violencia y crueldad y contrastan con este mítico jardín del edén prometido por Dios, un sitio donde no existen ni la supervivencia ni la lucha de clases, sólo una especie de éxtasis bizarro donde todos conviven armónicamente. (¿Eso pensamos los vegetarianos que han decidido serlo por razones éticas, por salud o porque no nos gusta la carne? ¿Que el vegetarianismo es un pasaporte para ir al Edén?). Por eso el vegetarianismo es injustificable evolutiva, fisiológica y hasta moralmente, (Ehmmm. ¿Creo que este hombre no ha leído artículos sobre nutrición, y mucho menos no tiene idea de que matar cuando no es necesario sí que puede ser inmoral?) por eso no hay argumento que lo mantenga vivo en una conversación por más de tres minutos, menos cuando está fundamentado en una creencia metafísica improcedente e inadmisible.

Comer carne es cosa del cuerpo y de su fisiología, no una religión, (eso es bastante cuestionable, ¿no?) y no es muy distinto a comer hierbas, cereales o frutas: son sólo materiales alimenticios y el cuerpo los procesará todos de igual manera, extrayendo de ellos los nutrientes (cierto, pero, ¿qué posibilidades de supervivencia hay con una dieta 100% vegetariana y una 100% carnívora?). Como cocinero, lo importante para mí no es si debemos comer algunas cosas y evitar otras, es cómo combinarlas y prepararlas para sacarles el máximo provecho y obtener un balance nutritivo, estético y delicioso. (Eso ha quedado más que claro después de leer el artículo. Ya puedes preparar platos con cianuro, que no es importante, mientras estén buenos...).

¿Quiere protestar? Póngase un piercing en el clítoris o tatúese un brócoli gigante en la espalda, pero deje que el resto de la humanidad coma carne (¿dejar que el resto de la humanidad coma carne? ¿Acaso lo estamos prohibiendo? ¿Ofrecer puntos de vista, consejos, recetas y datos sobre ser vegetariano es molestar o impedir que los demás consuman carne? ¿O es que acaso molesta leer y escuchar cosas porque pueden hacernos pensar y sentirnos mal?). Si les damos por su lado, vamos a terminar con un híbrido monstruoso como en la India, donde consideran a las vacas como sagradas y no se las pueden comer. (Con la iglesia hemos topado, troglodita. ¿Híbrido monstruoso como en la India? ¿Entiendes por "híbrido monstruoso" que millones de personas dejen de matar vacas y consumir su carne por motivos religiosos? No entiendo ni el concepto de híbrido ni de monstruoso aquí, pero se me antoja que al único especímen al que se le puede aplicar es al autor del texto. ¿Las vacas se consideran sagradas y no se las pueden comer? Perdona, pero NO SE LAS QUIEREN comer. Pregúntale a los musulmanes y judíos sobre el cerdo, y a los hindúes sobre la vaca, y a los jainistas sobre todos los demás animales. No se la comen porque no quieren, no porque no puedan, igual que yo. No me da la gana comer animales. Como poder, podría abrir la nevera y sacar cualquier embutido).

Déjense de payasadas; nuestra civilización ha prosperado y evolucionado gracias a esta simbiosis con el ganado, y las grandes urbes no podrían existir sin carnicerías (Es cierto, las carnicerías, junto con la educación y la sanidad, son unos de los pilares importantes de las ciudades y países). ¿Se imagina un puesto de tacos vegetariano? Qué horror. (Ahora sí que me da lástima que este ser no haya probado las alternativas vegetarianas. Tanto criticar y seguro que no es capaz de comerse ni la guarnición del filete que prepara)

La gastronomía es una actividad cultural y socialmente importante, y no puede dejarse intimidar por alucinaciones y tendencias que nada tienen qué ver con comer bien. (Es decir, no nos preocupemos de comer bien, preocupémonos de comer y de que esté bueno y punto, ¿no? Millones de nutricionistas y personal preocupado por la obesidad o la mala alimentación de los países occidentales agradecen tu comentario). El vegetarianismo no se debate culturalmente, como la tauromaquia o la cinegética: es, en última instancia, una chiflazón ridícula. (No comment) Aquí estamos matando animales para comerlos, para sobrevivir y respetar una dieta que lleva un poco más de un millón de años evolucionando. (¿Matando animales para sobrevivir? ¿México se ha convertido en la sabana africana o en el polo?) ¿Y todo para qué? ¿Para que llegue una manga de tarados masticando clorofila a decir que todo está equivocado y que debemos comenzar de cero? Pues no. Hagan fila y esperen otro millón de años, a ver si la naturaleza los favorece: seguro desarrollan pezuñas. (Ehmmmm...Respira, uno, dos, tres, respira...)

¿Quiere regresar al bosque, pender de árboles y comer frutos y hojas? Adelante, váyase. Déjenos en paz con nuestra carne asada. (Alma de cántaro, criatura de diox, ¿de dónde has salido? ¿Sabes que en las urbes hay vegetarianos y que no tienen intención de pender de ninguna parte? Ahí te quedas con tu carne asada. Sólo con tu carne asada. Yo me quedo con todas las guarniciones de verduritas y con las patatas, ¿vale? Y que el día de mañana, cuando el médico te diga que has consumido demasiada carne y que vas a tener que comer VERDURAS y reducir la ingesta de animales muertos, se vuelvan contra ti esas vacas que tanto pareces despreciar, te den una coz y un bocado donde más te duela. Con mucho amor vegetariano :)

chefherrera@gmail.com y http://fondasanfrancisco.blogspot.com/

2 comentarios:

Nurichin dijo...

el cocinero este falta al respeto, si quieres comer carne pues carne y si quieres comer verdura pues comete un bosque, mientras no hagas daño a nadie, yo en este debate estoy en medio ni una cosa ni la otra, eso si hay que cuidarse, lo que se come se cria.

zen dijo...

Ese post lo he comentado aquí:

http://respuestasveganas.blogspot.com/2001/09/milenio-semanal-vegetarianos.html

Saludos.