Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

domingo, enero 02, 2011

Las cosas que tiene la UNESCO...

Hay que ver con qué noticias nos sorprenden a principios de año.

Según el obispo de Córdoba: "El 'ministro' de la familia en el gobierno del Papa, el cardenal Antonelli, me comentaba hace pocos días en Zaragoza que la Unesco tiene programado para los próximos 20 años hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual. Para eso, a través de distintos programas, irá implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras escuelas".

Para empezar, no tenía ni idea que se pudiese "homosexualizar" a nadie. Es verdad que el comportamiento de algunos especímenes (hombres y mujeres, indistintamente) pueden hacer querer que más de uno se cambie de acera, pero eso de decidir si uno es homosexual o no, o peor aún, que lo decidan por ti, tiene que ser un notición de la revista Science por lo menos.

Tampoco entiendo qué oscuro interés puede tener la UNESCO en todo esto. Me imagino que se la menciona por el tema de la educación, pero sinceramente, en mi corta carrera como maestra, nunca he sabido de ningún programa promovido por la UNESCO para implantar nada más que hábitos saludables de alimentación e higiene.

Ni siquiera he visto en ninguna de las escuelas en las que he trabajado el más mínimo interés por cambiar la orientación sexual de los niños. Bastante difícil es conseguir que se sienten a estudiar como para molestarse en algo que, sinceramente, no creo que le importe a la UNESCO.

"Demetrio Fernández asegura que la Iglesia "no pretende imponer a nadie su visión de la vida y de la familia, pero pide que se respete la visión que hemos recibido de Dios y que está inscrita en la naturaleza humana".

Igual me equivoco, pero tenía entendido que las conductas homosexuales entre animales humanos y no humanos era algo a la orden del día, que lleva ocurriendo desde que el hombre es hombre, y no desde que surgieron las religiones abrahámicas.

¿Cómo se va a realizar esa iniciativa sin precedentes? "Para eso, a través de distintos programas, irá implantando la ideología de género, que ya está presente en nuestras escuelas".

"Es decir, según la ideología de género, -explica el obispo- uno no nacería varón o mujer, sino que lo elige según su capricho, y podrá cambiar de sexo cuando quiera según su antojo". Y concluye: "He aquí el último 'logro' de una cultura que quiere romper totalmente con Dios, con Dios creador, que ha fijado en nuestra naturaleza la distinción del varón y de la mujer".

El obispo parece oir campanas sin saber dónde. ¿Desde cuándo una persona puede elegir si nace macho o hembra? ¿Desde cuándo se puede cambiar de sexo alegremente? ¿Y desde cuándo uno decide si le gustan los hombres o las mujeres?

Igual mis ideas están obsoletas, pero pensaba que uno nacía niño, niña o con atributos de ambos (en los casos de hermafroditismo); que la identidad de género era sentirse hombre o mujer (y a veces mente y cuerpo no van a la par) y que, normalmente, una persona se siente atraída por otras de diferente sexo o del mismo, o incluso por las dos. No sé, a lo mejor me lo han explicado mal, o a lo mejor este hombre no ha hecho los deberes antes de hablar.

En la primera parte de su larga homilía, el prelado de Córdoba, que pasa por ser uno de los más conservadores del episcopado español, hace, además, una fundamentación teológica y espiritual de la familia como "Iglesia doméstica", porque "en el plan amoroso de Dios, la familia constituye un pilar fundamental de nuestra vida y de nuestra convivencia".

Un plan de Dios en el que, según el obispo, "la familia consiste en la unión estable de un varón y una mujer, que se aman y se profesan amor para toda la vida. Unión santificada por la bendición de Dios en el sacramento del matrimonio, cuyo vínculo es fuente permanente de gracia y es irrompible, es decir indisoluble. Unión que por su propia naturaleza está abierta a la vida y suele desembocar en el nacimiento de nuevos hijos que completan el amor de los padres y constituyen como la corona de los padres".

Si este es el concepto de familia que tiene el Sr. Obispo, ¿cuántas familias podemos contabilizar en España que cumplan todos los requisitos? ¿Hombre y mujer casados por la Iglesia, que se aman y profesan amor para toda la vida? ¡Venga ya, hombre! Desgraciadamente, el "para toda la vida" ha pasado a otro plano de la existencia humana, así que, o cambiamos la definición, o no hay familias válidas en España.

Una donación mutua que, a juicio de Demetrio Fernández, se "expresa incluso en la donación corporal, en el lenguaje de la sexualidad". Eso sí, una sexualidad que no puede ser entendida "como un juego de placer", porque, entonces, "este proyecto de Dios sobre el hombre se arruina".

Seguro, el proyecto de Dios era: "Tened hijos como conejos aunque no los podáis mantener, y extenderos como una plaga por el mundo. Así no tendré que mandar a los 7 jinetes del Apocalipsis, porque vosotros mismos seréis los artífices de vuestra destrucción". Igual hasta tenía sentido...

Y sigue con algunas cosillas más:

"Hemos de pedir perdón a Dios porque en este punto obispos, sacerdotes y catequistas no hemos anunciado con fidelidad la doctrina de la Iglesia, la doctrina que salva y hace felices a los hombres".

Pensaba, ilusa de mí, que era la doctrina de Jesús o de Dios la que tenían que anunciar, y no la de la Iglesia. Doctrina que, dicho sea de paso, a mí no me ha hecho feliz y me ha llevado a una búsqueda por otros caminos más acorder con mi forma de ser y de pensar.

También habla de que el índice de natalidad de España es el más bajo del mundo, cosa que no es verdad (Eslovenia, por poner un ejemplo, la tiene más baja que nosotros). A ver si nos enteramos de que la tasa de natalidad en este país, igual que otras muchas cosas, es como es por la mentalidad y la cultura de los españoles. Hay países en los que el aborto y las píldoras están a la orden del día y, sin embargo, sus tasas de natalidad y de embarazos adolescentes son mucho mejores que las nuestras.

A estas alturas de la vida y con la que está cayendo, creo que en lo único con lo que me identifico del cristianismo actual es con la ayuda al prójimo y las ideas antiabortistas...

En fin, me voy a dormir y a soñar con un mundo en el que todo el mundo elige lo que quiere ser.

Besos

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