Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

martes, agosto 03, 2010

El timo de las tabacaleras

Para los que fuman...o piensan hacerlo:

Los cigarrillos llevan la mitad de tabaco vegetal que hace 40 años

Los cigarros que nuestros abuelos encendían -en general después de liarlos ellos mismos- eran menos insanos que los actuales. Así lo afirma el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT). Un informe elaborado por esta organización -reúne a colectivos de profesionales sanitarios y de la medicina- asegura que los pitillos actuales tienen la mitad de tabaco auténtico, es decir, vegetal que los de hace cuarenta años.
La CNPT atribuye este hecho a que los fabricantes «añaden ahora entre 400 y 600 sustancias químicas» al producto que después comercializan en cajetillas. ¿Para qué? La excusa oficial es que se trata de «personalizar», en el sentido de ofrecer diferentes sabores, en función de las marcas.

Esta explicación, sin embargo, no convence a los expertos del CNPT, un organismo que desde hace años lucha por acotar los espacios en los que se permite fumar. En su opinión, la finalidad de los componentes que se añaden no es otra que «enganchar» a los consumidores. «De hecho, se sabe que la nicotina pura es bastante menos adictiva, por lo que si los cigarrillos no tuvieran elementos suplementarios resultaría menos complicado dejar de fumar».
¿Cómo es posible que la industria tabaquera pueda añadir aditivos?. «Porque ni en España ni en el resto de la Unión Europea está regulada su utilización. Únicamente existe normativa sobre los niveles admitidos de alquitrán, nicotina y monóxido de carbono. Por ello -concluyen los expertos- la imaginación de los fabricantes puede llegar tan lejos como marquen sus ambiciones comerciales». El Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo fundamenta sus afirmaciones en reciente estudio científico elaborado el seno de la Comisión Europea.

Este informe alerta de la práctica de la industria tabacalera para «personalizar» las marcas sin que esta práctica haya sido prohibida. «Los productos agregados no son nocivos por sí mismos, pero sí como resultado del proceso de combustión que tiene lugar mientras se quema el cigarro». Por ejemplo, al encender el pitillo los azúcares que contiene para mejorar el sabor «se convierten en acetaldehído y este producto químico es adictivo por sí mismo y aumenta el poder adictivo de la nicotina», asegura el CNPT. Algo similar ocurre con el mentol, «muy empleado de un tiempo a esta parte en vista de que su sabor parece agradar a menores y mujeres».

Pese a su «apariencia inocente», el cacao no lo es tanto cuando se mezcla con tabaco, ya que su efecto broncodilatador «facilita el tránsito de los vapores de nicotina en los pulmones de forma que llega en mayor cantidad a la sangre y aumenta la adicción».

Derivados del amoníaco

Los expertos se refieren, asimismo, a los derivados del amoníaco líquido, un producto base de los limpiacristales. «Se usan desde los años sesenta para potenciar la adicción. El amoníaco -resalta el estudio- aumenta la alcalinidad de la nicotina y ese se traduce en un mayor impacto cerebral».
El CNPT pide al Gobierno central que «tome las medidas adecuadas para impedir el uso de aditivos químicos que aumenten la adicción». Para el portavoz de este comité, Rodrigo Córdoba, su regulación no eliminará los riesgos que conlleva el tabaquismo, pero al menos «los fumadores estarán mejor informados sobre los productos que consumen».

A modo de conclusión, el CNPT apunta un dato de lo más significativo. «Hace cuatro décadas, con 450 gramos de tabaco se producían 438 pitillos, mientras que en la actualidad se ponen en el mercado 1.100 unidades». Según indica el doctor Córdoba, esto es posible gracias a «la mayor proporción se sustancias químicas».

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