Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

miércoles, marzo 03, 2010

Otra de toros

Desde aquí

'¿Esto no duele?'

Wagensberg muestra un estoque a los diputados, ante Espido Freire. | Quique García

Wagensberg muestra un estoque a los diputados, ante Espido Freire. | Quique García

  • Wagensberg pide el fin de las corridas de toros 'en nombre del progreso moral'
  • Doctor en Física, fue director de Cosmocaixa y Creu de Sant Jordi 2007
  • Muestra enseres taurinos a los diputados para escenificar el dolor del animal
  • 'Esto no tiene nada que ver con la identificación colectiva', añade

"Vengo a defender sólo una frase: No es admisible un espectáculo que se basa o se requiere del sufrimiento de un ser vivo". Así ha arrancado su discurso Jorge Wagensberg, uno de los ponentes que ha defendido la ILP (Iniciativa Legislativa Popular) para la abolición de las corridas de toros en Cataluña.

Wagensberg, reputado doctor en Física, director del museo Cosmocaixa de 1991 a 2005 y Creu de Sant Jordi en 2007, ha pedido la supresión de las corridas de toros "en nombre del progreso moral" de la civilización. Así, ha recordado tradiciones cruentas que se han ido suprimiendo a lo largo de los años por ese progreso moral, como las ejecuciones públicas o las apuestas en las peleas de gallos o de perros. Pero, ha admitido, "aún quedan algunos espectáculos" que serán suprimidos por ese mismo progreso moral en el futuro. Ha puesto, como ejemplo, el boxeo.

El científico ha asegurado tajante, en respuesta a quienes defienden la "buena vida" del toro de lidia, que el animal sí sufre en las corridas. Para materializar su argumentación, ha sacado en la comisión parlamentaria diversos instrumentos taurinos: una banderilla, un estoque, una divisa, una puya... Y, alzándolos, ha preguntado a los diputados: "¿Esto no duele?"

El tercer pilar de la argumentación de Wagensberg ha llegado casi al final de su discurso: "Esto no tiene nada que ver con la identificación colectiva". Así, el científico responde a quienes buscan centrar este debate entre catalanistas y españolistas.

David Pérez (PSC), protaurino, le ha respondido que está totalmente de acuerdo en que no es una cuestión identitaria, pero que "muchos en esta sala pretenden que sí lo sea".

Espido Freire apela a la 'angustia'

Espido Freire, la más mediática de las comparecientes en el bando abolicionista, inauguró las comparecencias a favor de la Iniciativa Legislativa Popular (ILP) admitiendo su "angustia" por el torero y el toro.

La escritora, que ha querido distinguir entre arte y toreo en su discurso, ha apelado que "la literatura, el arte, sirve para eso, para jugar a esas catarsis colectivas", sin necesidad de hacer reales actos como la Fiesta.

Además, ha nombrado a Hemingway, quien elevó e hizo popular en todo el mundo la fiesta. Para el escritor, ha afirmado Freire, España era "un país exótico y primitivo que aprobaba la violencia". Ahora, ha argumentado la escritora, una visión del país así causaría ofensas.

Tarde de tensión

La tensión se desató en la comisión por la tarde. La intervención del filósofo Jesús Mosterín despertó a los diputados. El más enojado el 'popular' Rafael Luna.

Luna criticó duramente la intervención del filósofo Jesús que calificó el toreo de "costumbre primitiva y abominable".

Durante el turno de preguntas de los grupos a los comparecientes, Luna, visiblemente enojado, acusó a Mosterín de haber insultado a los miles de catalanes que son aficionados a los toros y aseguró que no puede dar lecciones de moralidad y ética en el Parlament.

Mosterín, que pidió disculpas por si había ofendido a alguien, respondió que lo insultante es identificar a catalanes y españoles con "una barbaridad tan execrable como los toros".

En un discurso agresivo, Mosterín consideró indefendibles las corridas, y calificó el toreo de "costumbre primitiva", situando el trato al animal al mismo nivel que la ablación de clitoris, la violencia de género y la lapidación.

Aseguró que ni las corridas ni los 'correbous' son específicos de España y Catalunya, aunque consideró que, excepto en España, México y una parte de Francia, "estas salvajadas han sido universalmente abominadas".

El filósofo sostuvo que la tradición no supone una justificación ética de nada, e instó a los partidos catalanes a ser pioneros en la prohibición de los toros en España, "tal y como ya han hecho en los países más liberales del mundo como Inglaterra".


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