Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

viernes, septiembre 08, 2006

Mirar hacia otro lado

La ignorancia es la madre de la felicidad. Eso no es ninguna novedad; pero que no sea una novedad, no quiere decir que sea correcto.

Hace miles de años nació un príncipe que estaba destinado a convertirse en un gran rey...o en un gran guía espiritual. Su padre, que quería que fuera un líder mundial, decidió mantenerlo en palacio, alejado de la tragedia de la vida (la muerte, las enfermedades, el hambre...), hasta que, un día, al príncipe le dio por salir y terminó por descubrir la miseria que existía más allá de su jaula de oro.

Parte de esta historia podría ser la de la vida de los occidentales de clase media y media-alta. Vivimos nuestra vida, ajenos a lo que nos rodea, preocupados únicamente por nuestra satisfacción personal; con suerte, teniendo en cuenta la vida y necesidades de nuestros seres queridos y allegados. Sólo de vez en cuando, unos pocos se aventuran más allá de la ensoñación y amodorramiento y se atreven a ver más allá de sus narices, arriesgando su tranquilidad interior.

¿Qué es lo que nos impide ir más allá? ¿Es el no poder soportar ver el dolor de los demás y el sentirnos culpables por ser cómplices de ello? ¿O es simplemente la comodidad de centrarnos en nuestra vida y regodearnos en nuestro hedonismo? ¿O es todo?
Lo cierto es que no queremos saber qué sucede a nuestro alrededor, no nos interesa, nos negamos a abrir los ojos, porque somos más felices si no sabemos lo que ocurre; si pensamos que ya tenemos bastante con nuestras desgracias, como para encima preocuparnos de las de los demás.

Hablo de ésto porque es lo que veo día a día. Es algo de lo que me di cuenta hace muchos años y que, cada cierto tiempo, la gente se encarga de recordármelo: me han dejado un DVD (Earthlings) que nadie quiere ver conmigo. Vale, es duro (eso me han dicho). Vale, la temática puede no gustar a todos. Vale, a lo mejor es que nadie tiene ganas de sentarse conmigo y verlo...Pero lo cierto es que la gente no está interesada en conocer la verdad acerca de ciertas cosas, y no está dispuesta a que le amarguen la existencia con información que, aún siendo verdadera, no es agradable.

Y lo entiendo (pero no lo comparto), porque yo hago a veces lo mismo: antes veía las noticias. He dicho hasta la saciedad que ojalá llegara el día que las noticias fueran buenas en su mayoría...Y he terminado por cambiar de canal cada vez que es la hora del telediario...porque no puedo. No puedo ver miseria tras miseria, mientras la gente de a pie o los políticos no hacen nada; no puedo ver un anuncio de una compañía que te opera las tetas y dos segundos después, una imagen de un niño muriéndose de hambre. Me puede. Pero eso no impide que siga intentando hacer cosas; eso no me hace volver la vista a un lado en el día a día...

En fin...Dejaré mi lado sensible a un lado y pondré las noticias...

Besos

PD: Hoy pido...mantener los ojos abiertos siempre, aunque pesen del sueño en el que vivimos la mayoría...

6 comentarios:

Anónimo García dijo...

Cierto. Aunque si piensas en cada una de tus acciones cotidianas, muy probablemente ni puedas menearte del sitio. De modo que al final todo se resume en que buscar ese equilibrio entre la conciencia y el egoismo, dependiendo de los niveles de cada cual.
La ignorancia es felicidad, pero el conocimiento es liberacion.

o s a k a dijo...
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o s a k a dijo...

al hilo de lo que se comenta, matizo...

que igual como dijo Woody Allen "la única manera de ser feliz es que te guste sufrir"

lo que pasa es que (cándido de mí), aún me resisto a pensar que a la auténtica felicidad se llegue por la ignorancia, porque entonces las personas que considero más inteligentes estarían buscando objetivos contradictorios e incompatibles... Estoy con vosotros:

igual lo que pasa es que esa llamada "felicidad" no es más que otro sucedáneo, muy bien disfrazado, eso sí.

estoy convencido (como nos dijo mi madre a Pablo y a servidor en un viaje a Madrid) que "el mundo está lleno de personas que están buscando amor". Es una frase sencilla, casi un slogan, pero no es idiota la cosa. Lo profundamente estúpido es ir por ahí conformándose con sucedáneos de amor, de felicidad, en la creencia de que los efectos serán iguales. Eso es lo que yo llamo ignorancia, y lo que entiendo que desde luego está reñido con cualquier tipo de felicidad

O dicho con otras palabras: que todos buscamos LO MISMO, y algunos simplemente no están dispuestos a encontrarlo de CUALQUIER manera.

[Y Perdón si me he ido por la tangente y he entrado en un tema que no buscabas con el post]

UN CORDIAL,
n a c o

o s a k a dijo...

por cierto, que Meteoro y yo hemos tenido esta misma sensación que comentas, este choque de "sitemas de prioridades" en nuestro viaje a Marruecos...

ya os contaremos

Susy dijo...

Muy cierto y apropiado lo que dices pero, no por no saber o ignorar no se sufre.
A veces, muchas, el sufrimiento es mayor y, por ignorancia, no se acierta a saber la razón y la raiz.

Un abrazo, me gusta tu blog.

Amada_Tierra dijo...

Muchas gracias a todos por los comments ;)

Me encanta que añadáis cosas y expreséis vuestras ideas, que completan y enriquecen las mías.

Una pequeña puntualización sobre el comentario de n a c o: "el mundo está lleno de personas que están buscando amor". Me encanta pero, ¿cuántas personas realmente buscan el verdadero amor, con todas las letras, y no se autoengañan diciendo que buscan amor cuando sólo les importa su autosatisfacción? Por supuesto que un@ tiene que quererse, pero, ¿hasta qué punto anteponer nuestro amor por nosotros misos al trato que le damos a los demás? Claro que todos buscamos ser felices...Unos lo consiguen de una manera y otros de otra, porque la sensación que provoca esa felicidad es la misma para todos, aunque ésta no tenga la misma forma para unos que para otros y, por supuesto, tampoco el mismo modo de llegar. No te has ido por la tangente ;) Déjate llevar en los comentarios.

Y a Susy, gracias también. Tal vez tendría que haber puntualizado que me refiero a la ignorancia de aquellos que la buscan a sabiendas de que, a través de ella, pueden hacer de tripas corazón y pasar de todo. No hay peor ciego que el que no quiere ver. Otra cosa es que no se tenga la capacidad o la suerte de que el velo de la ignorancia caiga.