Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

martes, junio 22, 2010

Pero qué guapo vienes hoy...

Muchas veces he comentado la importancia de cuidar qué hacemos y decimos porque puede afectar a las personas más de lo que nos creemos. Hoy me ha pasado una cosa muy bonita y quería compartirla aquí (en parte, porque se me terminan por olvidar muchas cosas y no quiero que me pase con lo que es digno de recordar).

Uno de mis alumnos, F., es un poquito especial. Cuando digo "especial" en realidad quiero decir "raro", pero raro suena peor que especial :) Bueno, es un chiquillo de 7 años cuyo comportamiento y forma de moverse es bastante diferente a la de los demás (hace poco le dio por ponerse a decir en clase "no me quiero morir, no me quiero morir, no me quiero morir" durante un buen rato, pero de buen rollo, ¿eh?).

Pues resulta que teníamos hoy desayuno de fin de curso con los padres y me aborda la madre:

Madre: - "Usted es la maestra de inglés, ¿verdad?". (Yo pensando: "Maldición, viene a darme el cargón con algo de que el niño no ha aprendido no sé qué o no sé cuánto").
Yo: - "Sí, soy yo".
M: -Ay, es que quería decirle que mi F. es un niño muy tímido, y que me ha dicho que usted le dice a veces que viene muy guapo al colegio...(Yo pensando: "A ver si me va a querer denunciar por decirle al niño que viene guapo")...y que yo le he preguntado que quién le decía eso y me ha dicho que la maestra de inglés. Y es que mi niño no le da las gracias ni nada, pero a él le gusta mucho que se lo diga.
Yo: O_O
M: - Que muchas gracias, de verdad (con las lágrimas saltadas ella y yo con un amago de lo mismo).
Yo: No, mujer, si no me tiene que dar las gracias, de verdad...Si yo se lo digo porque lo pienso...

La conversación continuó un rato, preguntándome si seguía allí el curso que viene, que cómo iba el niño y dándome las gracias un par de veces más.

Nunca he pensado que pudiera ser bueno o malo decirle al niño lo guapo que venía (es verdad que a veces viene hecho un primor, vestido de mini-hombre, con sus chinos, su camisita y muy repeinado), y mucho menos que a él le gustara. De hecho, pensaba que al niño se la repampinflaba totalmente, porque jamás ha hecho ningún gesto o comentario de que le importara o de que me estuviera escuchando. Pero sí que me escuchaba... :')

Ésta es una de las que hacen que mi trabajo merezca la pena...

:)

Qué barato y sencillo es hacer felices a los demás. Sólo hace falta un comentario :)

Besos mil.

Os quiero.

2 comentarios:

aliorrala18 dijo...

wow! que hermosa experiencia, yo no soy maestra, pero si enseñaba a niños pintura y dibujo, y debo estar mas de acuerdo contigo, que los niños llegan a sorprender tanto saludos

Anónimo dijo...

:)
A veces una de estas vale por mil tortas para seguir adelante.
Ahí va algo que quizás te interese:

http://www.hacesfalta.org/oportunidades/iniciativas/detalle/?idIniciativa=863