Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

martes, mayo 01, 2012

Amigo terrorista.

No sé por qué razón tú, que creciste creyendo que la independencia se ganaba con la sangre, que había que pegarle un tiro en la cabeza a las personas que no tenían las mismas ideas políticas que tú, que formaste parte de aquellos que planeaban, secuestraban, coaccionaban, torturaban, robaban, asesinaban y destruían la vida de miles de personas, tienes derechos.

Tampoco sé por qué, ahora que los iluminados del "Gobierno" (junto con los iluminados anteriores) os conceden privilegios, se te reconoce la posibilidad de estar en una cárcel más cerca de casa. O de que salgas de la cárcel.

Los muertos no van a estar nunca más cerca de sus familias. Ni van a salir de sus tumbas a abrazar a sus hijos, mujeres y padres. Nunca.

Sin embargo, tú, que no te dedicabas a plantar marihuana para vendérsela al que te la quiera comprar, o a atracar joyerías, o a estafar, tú, tienes más derecho que los demás.

Tu familia, esa que ha visto o ha participado en tu proceso de podredumbre moral y psicológica, podrá verte con más frecuencia. Y se alegrarán de que tu "liberación" esté cerca. ¿Sabes? Ni si quiera tienes que arrepentirte. Quédate quietecito y espera a que la sociedad española esté borracha de fútbol y bazofia televisiva mientras se negocia tu salida de la cárcel.
Solo le importará a las familias de los muertos, a los que sobrevivieron a tus ataques.

Recuerdo con asco el caso de De Juana Chaos. Pobrecito, en huelga de hambre. Hoy, en paradero desconocido, riéndose en nuestra cara.

Ojalá os exiliaran fuera de vuestra tierra para siempre. Ojalá se os prohibiera escuchar su música, hablar su lengua. Ojalá os lo quitaran todo, como hicísteis vosotros con los demás. 

Tú, amigo terrorista y tú, amigo político, sois la vergüenza de la raza humana. En vosotros la Ley del Aborto hubiera sido un logro a celebrar.

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