"Si eres negro y vives en un país pobre, te pase lo que te pase, no esperes
que la comunidad internacional te preste su atención, o que la audiencia del
Telediario haga otra cosa que exclamar "que horror", para olvidar el tema a
continuación y seguir cenando."
Algunos recordarán esta terrible declaración que un militar de las Naciones
Unidas le hacía al director del hotel "*Las mil colinas*" en la
película "*Hotel
Rwanda*". Pues la película se sigue emitiendo en sesión continua en África,
ayer en Ruanda y hoy en la República Democrática del Congo donde las
diferentes milicias irregulares y el mal equipado ejército del Congo, entre
otros, combaten en el Este del país. Lo dramático es que no hay actores, los
muertos, los desplazados, los niños soldado y las mujeres violadas son
personas de verdad, como Ud. y como yo, que sufren y mueren desde hace una
década aumentando la siniestra cuenta hasta más de 5 millones, en lo que
constituye el mayor genocidio humano en el mundo desde la II Guerra Mundial.
No nos engañemos: la tan cacareada rivalidad tribal entre *hutus* y
*tutsis*solo es la punta de un tremendo iceberg constituido por el
comercio de armas
y las incalculables riquezas minerales del Congo, a la cabeza de ellas los
diamantes y el codiciado coltan, el precioso metal conductor imprescindible
en la mayoría de los aparatos electrónicos de última generación (móviles,
iPods, videoconsolas, ordenadores portátiles, blackberrys, mp3…) que todos
necesitamos de forma imperiosa en nuestra sociedad desarrollada.
¿Quién arma a las diferentes milicias? ¿A que se debe la pasividad de los
cascos azules de las Naciones Unidas, la mayor fuerza de la ONU de todos los
tiempos, incapaz de detener los combates? En este punto podemos recordar la
misteriosa dimisión hace unos días del jefe militar de la misión, el general
español Díaz de Villegas.
Un país desestabilizado es fácilmente explotable, ya se sabe que los
gobiernos fuertes de los países del sur amenazan siempre con las temidas
expropiaciones a las compañías extranjeras para controlar sus propios
recursos naturales. Saque Ud. sus propias conclusiones.
En estas pocas líneas no es posible describir la magnitud del conflicto, ni
sugerir a los lectores algunas acciones al respecto. Les invito al menos a
que no lo olviden y a acercarse a las diferentes ONGs internacionales con
presencia en el Congo para, por un lado, intentar paliar los sufrimientos de
la población civil, y por otro, presionar a nuestro gobierno para reactivar
el trabajo en favor de la paz de Naciones Unidas en la zona. Estamos
seguros de que entre todos podemos hacer algo.
Aurora Carmona Hidalgo.
Presidenta de Veterinarios Sin Fronteras.
que la comunidad internacional te preste su atención, o que la audiencia del
Telediario haga otra cosa que exclamar "que horror", para olvidar el tema a
continuación y seguir cenando."
Algunos recordarán esta terrible declaración que un militar de las Naciones
Unidas le hacía al director del hotel "*Las mil colinas*" en la
película "*Hotel
Rwanda*". Pues la película se sigue emitiendo en sesión continua en África,
ayer en Ruanda y hoy en la República Democrática del Congo donde las
diferentes milicias irregulares y el mal equipado ejército del Congo, entre
otros, combaten en el Este del país. Lo dramático es que no hay actores, los
muertos, los desplazados, los niños soldado y las mujeres violadas son
personas de verdad, como Ud. y como yo, que sufren y mueren desde hace una
década aumentando la siniestra cuenta hasta más de 5 millones, en lo que
constituye el mayor genocidio humano en el mundo desde la II Guerra Mundial.
No nos engañemos: la tan cacareada rivalidad tribal entre *hutus* y
*tutsis*solo es la punta de un tremendo iceberg constituido por el
comercio de armas
y las incalculables riquezas minerales del Congo, a la cabeza de ellas los
diamantes y el codiciado coltan, el precioso metal conductor imprescindible
en la mayoría de los aparatos electrónicos de última generación (móviles,
iPods, videoconsolas, ordenadores portátiles, blackberrys, mp3…) que todos
necesitamos de forma imperiosa en nuestra sociedad desarrollada.
¿Quién arma a las diferentes milicias? ¿A que se debe la pasividad de los
cascos azules de las Naciones Unidas, la mayor fuerza de la ONU de todos los
tiempos, incapaz de detener los combates? En este punto podemos recordar la
misteriosa dimisión hace unos días del jefe militar de la misión, el general
español Díaz de Villegas.
Un país desestabilizado es fácilmente explotable, ya se sabe que los
gobiernos fuertes de los países del sur amenazan siempre con las temidas
expropiaciones a las compañías extranjeras para controlar sus propios
recursos naturales. Saque Ud. sus propias conclusiones.
En estas pocas líneas no es posible describir la magnitud del conflicto, ni
sugerir a los lectores algunas acciones al respecto. Les invito al menos a
que no lo olviden y a acercarse a las diferentes ONGs internacionales con
presencia en el Congo para, por un lado, intentar paliar los sufrimientos de
la población civil, y por otro, presionar a nuestro gobierno para reactivar
el trabajo en favor de la paz de Naciones Unidas en la zona. Estamos
seguros de que entre todos podemos hacer algo.
Aurora Carmona Hidalgo.
Presidenta de Veterinarios Sin Fronteras.
(Entre la cantidad de problemas que existen y la labor desinformativa de los medios de "incomunicación", no nos enteramos ni de la mitad de lo que pasa en el mundo...y de esa parte, a saber cuánto es cierto.)
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