Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

viernes, febrero 25, 2011

Una segunda vida.


Si hay una cosa que me guste especialmente es encontrar un libro que me llame la atención y comprarlo. Principalmente, como ya he comentado en más de una ocasión, suelo decantarme por los libros de cocina, mitología, viajes u otras culturas y, por lo general tiendo a comprarlos nuevos (bueno, y alguno que ha caído en pdf, jui, jui,...).

Pero hace poco, replanteándome la cantidad de cosas que tengo y de las que debería (o mejor, me gustaría) deshacerme, y buscando un libro de cocina concreto, me di cuenta de que he comprado pocos libros de segunda mano.

Recuerdo, hace muchos años, haber ido de pequeña con mi padre a una librería británica en Torremolinos. Allí había cientos de libros de segunda mano en diferentes idiomas, y siempre acababa trayéndome algún cuento a casa. Me gustaba leer el nombre del antiguo propietario del libro e imaginarme cómo sería su vida, qué haría, por qué se había deshecho del libro,...(Por cierto, nunca he visto escalones iguales en ningún local: casi tenías que agarrarte con una mano al escalón, y con la otra a la barandilla).

Hace poco, buscando algún libro de cocina vegetariana interesante y a buen precio, se me ocurrió meterme en Amazon (que no siempre tienen buenas ofertas), y encontré uno de Rose Elliot.

Leyendo los comentarios de los compradores (muy interesante hacerlo, hasta en el caso de los libros), supe que, pese a que el libro que estaba a la venta era mucho más reciente, el original de los años 80 tenía más recetas.

¿Para qué pagar 8 euros por un libro nuevo cuando puedo comprar uno mejor y más barato, aunque sea de 2ª mano?

Es cierto que, dependiendo del tipo de libro, el uso que le vayamos a dar y el precio, puede ser una idea mejor decantarnos por una copia de segunda mano. Reutilizar y Reducir, dos por uno.

Conseguí mi copia en abebooks por 0,50 € más los gastos de envío (3€), y en perfecto estado: no tenía exlibris ni nombre del propietario anterior, ni ningún tipo de marcas. Es verdad que se notaba que no era nuevo, pero no le puedes pedir eso a un libro con 30 años a sus espaldas.

Tanto rollo para deciros que nunca es tarde para darle a los libros una segunda oportunidad, una segunda vida.

:)

2 comentarios:

Nurichin dijo...

Amada tierra a mi me pasa igual, es cierto que tengo un vinilo de hace unos 30 años y parece que fue el regalo de una cita y la persona lo apunto para nunca olvidarla.

Amada_Tierra dijo...

¡Ohhh! :/ Y al final acabó deshaciéndose de él...Hay tantas historias detrás de los objetos,...