No he podido evitar desperezarme y correr a la página blogger hoy, porque ocurren dos cosas que me ponen de muy buen humor: es sábado y llueve. Y no sólo llueve, sino que hace fresquito :D Teniendo en cuenta que la temperatura registrada en mi corcel plateado marcaba ayer 30ºC y aún estamos en mayo, os podéis imaginar la alegría y el alivio :D Sólo se ve un poco ensombrecida la cena de esta noche, que parece ser que es en una carpa al aire libre con vistas a un pantano :D (Igual lo del pantano suena aterrador, pero no es como los pantanos esos de las películas fantásticas).
Ayer fue un día grande (para mí): tuvimos convivencia en el cole, con el cole del pueblo de "más abajo". Muy interesante: los niños son más grandes y más "extensos" y tienen un desparpajo incomparable. Contaron chistes, hicieron un teatro (aprendido de memoria y en verso) y luego una actividad de orientación por el pueblo con los de mi cole :D Un "oletumadre" para el director, que es uno de esos maestros de los que quedan pocos y que hacen sentirse orgullosa de formar parte del gremio y aspirar a ser mejor maestra. ¡Oletumadre!
Subieron los peques de las unitarias y L., que es la niña-gominola (Ó., muy buena apreciación), se me estrujó tres o cuatro veces. No pude resistirme: la achuché y le di dos o tres vueltas en plan tíovivo. L. tiene tres años para cuatro, y siempre tengo la sensación de que es totalmente consciente de que, si bien no es divina, es la niña más mona y encantadora en 100kms a la redonda. Se nota en la forma que tiene de hablar, de sonreír y de moverse. Increíble, de verdad. xD
Acompañé a los de primer y segundo ciclo (1º, 2º, 3º y 4º) al taller de barro y me invitaron amablemente a que me uniera a tan peligrosa labor...Peligrosa porque iba de blanco :P Así que rechacé la invitación amablemente, y me limité a pulular por entre los peques alabando sus dotes artísticas. Desgraciadamente, la alegría de vio empañada cuando me di cuenta de que X. (inicial aleatoria), de nueve años, y cuya vida es digna de escribirse en las páginas de sucesos, tiene una cicatriz bastante grande de cuello para abajo. Y no una cicatriz cualquiera: es de haberse quemado. Pregunté a la tutora y me dijo que, aparentemente cuando era pequeño, en una de esas trifulcas en la que los padres estaban más bien drogados, el niño se había echado agua hirviendo encima. Sin comentarios. Allí estaba él, haciendo una especie de montaña de arcilla con conductos por los que podía pasar el agua, blandiendo un tenedor (cuyo mango estuvo a punto de incrustarme en todo el ojo, de no haber sido por mis gafas salvadoras), y feliz como él solo.
A última hora, mis adorados alumnos de 2º de ESO me desmontaron mientras intentaba corregir, sacando a colación el tema de las espinillas que tienen los pajilleros, que si uno se pasaba todo el día tocando la zambomba y que por qué polla no era el femenino de pollo (cogieron el diccionario y todo xD). Yo no sabía dónde me iba a meter de la risa que me estaba dando xDD Qué poca seriedad, por favor xD Al final, tuve que poner orden y me odiaron un poco por mandarles demasiada tarea. Qué perraca soy. De verdad.
Antes de largarme a disfrutar del día (me he hecho dos piardas del curso de cooperación, qué vergüenza, no estoy para apuntarme a cursos presenciales), un breve comentario sobre aquella noticia del niño británico (Alfie) que había concebido con 12 años y había sido papá con 13 (el orgullo de los British, vaya): le hicieron la prueba de ADN y...¡no es el padre! Desde luego, que menuda vergüenza tienen que estar pasando todos por allí: la madre del bebé diciendo que era virgen y que sólo había tenido relaciones con el niño éste; por otro lado, le salieron 3 adolescentes al paso, reclamando la paternidad del bebé, y el Alfie que no sabía cómo afrontar esta nueva etapa en su vida. Menudo marronazo: la chica, por guarrona y tener la cara de decir que no había estado con nadie (ah...el amigo ADN que nos juega malas pasadas), la madre de la chica por defender a capa y espada a su amada niña, Alfie por haberse liado con la guarrona, haberse creído que era el único y haberse empezado a involucrar en la cría de una hija que no es suya, y la niña, porque el día de mañana se enterará de todo lo que se lió a su alrededor. El único que no ha quedado mal del todo ha sido el verdadero padre del bebé, aunque no sé qué orgullo o mérito tiene eso, cuando la tía con la que te has acostado se acuesta con otro, niega que se haya acostado contigo y encima tienes un bebé a los 14. Muy bien, británicos, criemos así a nuestros hijos. Los siguientes somos nosotros, con la píldora del día después y el aborto a los 16. Qué bien van las cosas.
¡Y qué día más bonito hace!
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