Cuando se haya talado el último árbol, envenenado el último río y pescado el último pez, entonces comprenderás que el dinero no se come.

miércoles, junio 01, 2005

Los huevos de granja

Cuando se trata de comprar huevos soy la primera que da la matraca en casa para que se compren huevos de una granja de las de toda la vida. Últimamente, esto no ha sido posible, así que decidí ir yo misma al centro comercial que hay cerca para comprar huevos de gallinas que, al menos, estuvieran criadas en libertad.

Me quedé bastante sorprendida al comprobar que todos los huevos estaban en una inmensa estantería sobre la que colgaba un letrero (inmenso también) que rezaba: "Huevos de granja". Lo primero que pensé es: "Si estos son los de granja, ¿dónde están los normales?". Algo incrédula y con un poco de paciencia, me dediqué a leer todos los envases de las distintas marcas esperando encontrarme una frase del tipo "huevos de gallinas criadas en libertad" (no sé si al resto del mundo le pasa lo mismo, pero cuando se lee "huevos de granja", un@ piensa en una granja de toda la vida, con sus gallinitas corriendo de allá para acá). Por lo que se ve, o el la imagen que tenemos de una granja ha debido cambiar sin que los demás lo sepamos, o los que se encargan de esto en las grandes superficies quieren tomarnos el pelo, porque piensan que no leemos la letra pequeña.

Todas las marcas expuestas bajo ese letrero excepto una, producían "huevos procedentes de gallinas criadas en jaulas". Y una, sólo una, exponía que sus huevos procedían de "gallinas criadas en libertad".

Entiendo que ahora las granjas no son esas románticas construcciones de madera en las que las gallinas podían campar a sus anchas por el patio, rodeadas de paja en sus ponederos; ahora las granjas se llaman granjas por no llamarse "fábrica de huevos" o "cárcel de gallinas ponedoras" y mientras, a los consumidores que no se preocupan de saber de dónde viene su comida, les toman el pelo por no leer la letra pequeña. Un@ va a l súper y ve "huevos de granja" y se vuelve a casa tan feliz con su cartón de huevos, pensando que son mejores, que no está maltratando indirectamente a las gallinas. Y así, hasta que un día dedique un poco más de tiempo a saber qué es lo que compra, cómo y a quién.

Thanks to Farm Sanctuary for the picture

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